Cuento Ana Frank

Hola a todos, Cómo les va? Espero que muy bien...

Aca les dejo el cuento el cual me hizo llegar hasta la final del concurso del "Centro de Ana Frank", espero que les guste...


Seudónimo: Jocelyn Flores
Categoría: 2
Título: Época oscura

Cada noche antes de irse a dormir papá se acercaba a mí, me daba el beso de las buenas noches y me abrazaba muy fuerte, como si tuviese miedo a que algo pudiese pasarme. Eran esos momentos de silencio en el que ninguno hablaba pero todo se entendía.
Corría el año 1977 en donde había mucha tensión social y casi nadie hablaba de lo que pasaba en las calles, cada vez más gente se esfumaba como si nunca hubiera existido. A veces podían ser vecinos como le pasó a Don Mateo que hace 2 meses que ya no se lo ve pero mama y papa no hablan del tema. Éramos una familia con bajos recursos, un poco aislada de todo. Mis padres siempre estaban con una inquietud, que quieras o no, se contagiaba a toda la familia. En total éramos 4, mi padre Julio, mi madre Herminia, mi hermano mayor Lucas (21) y yo, el más pequeño de la familia (16).
Todas las mañanas mi padre se dirigía a la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán que por suerte quedaba medianamente cerca de casa. Allí se dedicaba a cosas que por ser el más chico de la familia no me explicaban, lo que si sabía a ciencia cierta es que era un trabajo que en esa época era muy peligroso, debido a la poca importancia que se le daba a la distribución de elementos de protección necesarios para cada trabajo. Se pasaba casi todo el día allí, cumpliendo una jornada laboral exhaustiva de 16 horas aproximadamente y a veces volvía a casa a horas muy entradas de la noche.
Un día de agosto mi padre no regresó del trabajo, no sabíamos que había pasado, hasta qe un compañero del trabajo de él le dijo a mi madre que aparentemente había sido arrestado por los militares en una confusión obrera. Mi familia quedo destruida ese viernes 17 de agosto fue el comienzo de varios cambios en la casa.
El sábado luego de la noticia mama fue con Lucas de Don Mayorino, él era un abogado y tal vez podría ayudarnos a conseguir algo de información sobre papa. La respuesta fue un silencio atroz, ni siquiera le abrió la puerta, desde atrás de ella les respondió que no sabía nada y que se fueran de su casa antes que alguien los buscara.
Mamá paso la semana siguiente encerrada en su cuarto. Nuestra casa que era humilde pero a mi edad me parecía enorme parecía aún más inmensa por el vacío de papa. Los cuartos vacíos dejaban salir una sensación de frio y pérdida. Lucas estaba muy nervioso por las noches y se juntaba con amigos que a mama no le agradaban.
Él trabajaba en una panadería cercana así que por las noches cuando venía a casa me cocinaba casi siempre sopas o guisos con el poco dinero que conseguía pero lo que nunca faltaba en nuestra mesa era el pan, porque aún no sabía hacerlo muy bien y se le quemaban un poco así que se los daban como pago. Para mi eran manjares.
Una noche yo no podía dormir era muy tormentosa, no teníamos luz. Mama seguía encerrada en su habitación y Lucas no estaba en su cama. Salí a hurtadillas de mi cama y me encamine a la cocina donde sabía que podía estar. Estaba sentado con otras personas que creo que eran jóvenes de su edad todos encapuchados y con muchas bolsas, no sé qué estaban haciendo con botellas y telas pero se notaba un olor muy fuerte a químico. Uno de sus amigos me vio y le dijo algo que no comprendí, mi hermano se levantó me alzo en brazos y me llevo a la pieza de vuelta.
Me dijo que tratara de dormir y no saliera de nuevo del cuarto que él tenía que salir a buscar a papa y volvería con él al día siguiente. Yo le hice caso, lo abrase fuerte y me volví acostar. Fue la última vez que lo vi.
La mañana siguiente a la partida de Lucas, llore lo que me pareció todo el día en la puerta de la habitación de mis padres. En un momento Mama salió de adentro y me abrazo, me preparo un desayuno y me dijo que se iría a conseguir trabajo de Doña Elsa una costurera que vivía a tres casas de la nuestra.  A la noche volvió iluminado su rostro con nuevas energías, había conseguido trabajo. Parecía que las cosas comenzarían a cambiar en casa para bien. Pasaron unos meses buenos, yo la ayudaba en todo lo que podía de las cosas del hogar. Doña Elsa se convirtió en una abuela que no tuve porque a veces hacia unas tartas y me mandaba con mi madre porciones para mí. Y si no siempre arreglaba mi ropa.
Con Mama nunca hablamos de mi padre o Lucas pero sé que ella le prendía velas a unas fotos que tenía en su cuarto. Mi casa cada vez era más enorme y vacía. Un día de noviembre todo volvería a cambiar.
            A  media noche, de un grupo fuertemente armado. Me saca de la cama, me lleva a la planta baja, en medio de insultos, golpes y empujones. Mientras una de estas personas se queda conmigo, el resto revuelve toda la casa, robando todo lo que le apeteció. Diciéndome que iba a ser llevado a un lugar donde tenían a mi hermano, soy arrojado violentamente al piso de un automóvil.
            Durante el trayecto me tapan los ojos con una tela adhesiva. Llegados a un lugar que no logre identificar solo sabía que ellos lo llamaban "enfermería". Allí me hacen presenciar la tortura de mi hermano. Recuerdo que me desmaye luego de eso. Desperté en una habitación atado a una cama, al lado mío en otra estaba el cuerpo de mi hermano.
            A las horas una voz grave desde el otro lado de la puerta me grita advirtiéndome que mañana seria mi turno y que me preparara para dormir mi última noche. Después entran unos oficiales y se llevan a mi hermano al que creo que estaba muerto, y a mí me desatan. Dentro de un escritorio que había en la habitación encontré un viejo cuaderno y lápices.
            Como tal vez esta será la última vez que pueda pensar algo quise escribir mi breve historia de lo que viví, no sé si volveré a este cuarto y podre poner un final feliz o tal vez este sea mi final. Solo pienso en mi madre que deberá prender otra vela ahora por mí luego de mañana.
Mi nombre es Juan Francisco Golvez, y siento que estoy desapareciendo. Siento que alguien algún día podrá leer estas palabras y comprender mi desesperación, espero que sí puedo salir de esta tratare de ser una persona que luche para evitar que esto suceda. De un día para otro mi infancia y mi vida me fueron arrebatadas. Y si tú encuentras este escrito, y mi nombre te es familiar por leerlo en algún periódico como un desaparecido por favor si mi madre aún está viva dile que siempre la quise y que sea fuerte por nosotros. Que seremos sus ángeles de la guarda.



-El mundo de Galfré

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